Los Culuncos

Categoría: Historia

EAlmeidaLos caminos andinos del Ecuador antiguo se pueden rastrear a través de las evidencias materiales o referencias documentales del siglo XV en adelante. En el primer caso son huellas de las vías que enlazaban pueblos y regiones, y en el segundo, descripciones de expedicionarios, conquistadores y cronistas que recorrieron esta parte de América.

En la Arqueología de los Andes Septentrionales se ha definido a los caminos prehispánicos con el nombre de "culuncos" (Ronald Lippy. Una exploración arqueológica del Pichincha Occidental, 1998) denominación que identifica a senderos que por efecto del uso milenario y la erosión, se han convertido en zanjas de muy variadas dimensiones. Estos senderos y los que se ampliaron o construyeron a raíz de la expansión incaica, forman parte de la red vial andina, que en la época del contacto europeo fue denominada Camino Real.

La red vial prehispánica, a más de constituir el testimonio de la intencionalidad de integración de los pueblos, registra, desde el punto de vista físico, rutas que enlazan diferentes regiones, sub-regiones y paisajes geográficos habitados por pueblos de muy diverso origen étnico y grado de desarrollo socio cultural. Si bien el sistema vial en el Tahuantinsuyo estuvo conformado por dos ejes troncales, uno andino y otro costero, en el caso del Ecuador, existe una abundante información de senderos que partiendo de la Sierra, particularmente de Quito, permitieron implementar un eficiente sistema de comunicaciones y de intercambio regional con el noroccidente del país. En efecto, antes que Pedro Vicente Maldonado en el siglo XVIII, se propusiera construir la vía a Esmeraldas, los pueblos indígenas del noroccidente de Pichincha, conocidos como los Yumbos, habían establecido rutas de movilización a través de los pasos naturales o "bocas de montaña" que forman los ríos como el Guayllabamba y el Toachi. Estos pasos y las huellas de los culuncos, o caminos antiguos, se han identificado en poblaciones como Nono, Calacali, Lloa, Nanegal, en dirección a Esmeraldas.

Los caminos antiguos, desde el punto de vista histórico cultural, demuestran importantes características de las sociedades aborígenes: conocimiento del espacio físico y capacidad de orientación a través de la astronomía; necesidad de complementar la economía a través del intercambio de productos de cada región; existencia de grupos especializados en el intercambio, como es el caso de los yumbos y mindaláes; y, finalmente, este conocimiento rompe el mito de que los pueblos del Ecuador han cultivado el regionalismo, entre otras razones por la presencia de la cordillera de los Andes.

Un francés del siglo XIX registró en su crónica de viaje los productos que los yumbos traían de la montaña occidental a la ciudad de Quito:

"...cargan en las espaldas dentro de canastos cilíndricos boquianchos, que se sostienen con los hombros y la frente por medio de la correa llamada cargadora, apoyando ambas manos en dos grandes bastones, recorren de esta suerte inmensas distancias y trepan con sus enormes pesos a cuestas por los tramos más escabrosos desde los valles de Lloa, Nanegal, Mindo y demás puntos de la cordillera que producen frutos de tierra caliente como plátanos, batatas, chirimoyas, naranjas, ananas, etc., y habiendo desaparecido los bosques de los alrededores de Quito, traen leña para combustible desde la cúspide de la montaña" (En Enríquez, Quito a través de los siglos, 1941).

Texto y fotografía:

Eduardo Almeida Reyes