La Isla de la Plata

Categoría: Historia

EAlmeidaLa isla, de aproximadamente 7 km2, se halla frente a la costa sur de Manabí, de la cual se encuentra separada por 45 km. Se puede llegar partiendo desde Machalilla o Puerto López, a través de un viaje en lancha que no demora más de dos horas. Topográficamente, posee algunas partes altas, tierras bajas y dos zonas de playa, llamadas Playa Grande y Bahía Drake.

HISTORIA

Descubierta en 1526, cuando el navegante Bartolomé Ruiz recorrió por primera vez el Océano Pacífico. El relato de este viaje nos permite conocer las características del litoral de esta parte del país y aporta interesantes datos sobre los aborígenes, sus poblados, vestimentas y adornos de metales preciosos. Según la relación Sámano-Xerex (En: Porras, Barrenechea, 1967: 63) los españoles conocían que la isla era utilizada como un santuario aborigen al que acudían los pueblos costeros a dejar ofrendas con formas anatómicas. Las piezas de oro y plata eran enterradas en lugares sagrados de la isla, en calidad de ofrendas a sus dioses. Este parece ser el primer antecedente histórico que permitió bautizarla con el nombre de "La Plata", aunque años más tarde se sumó otro hecho relacionado con el apreciado metal.

Leer más...

Petroglifo de Lumbaqui

Categoría: Historia

EAlmeida"Tengamos en cuenta que algunos glifos obedecen a un impacto del mundo sobre el hombre: de otra manera no hubieran sido concebidos; es una respuesta a su medio ambiente. Todas las acciones humanas, especialmente el arte, brotan de un marco filosófico de referencia, un récord psíquico; una reflexión síquica de su mundo visual. Y no se venga a repetir esas frases de cajón como que el arte primitivo es arbitrario, caótico. Es un arte sin fronteras, de absoluta libertad y dirección; un mundo de relación no interrumpida, en el que lo sagrado es inseparable de lo profano".

Porras Garcés, Pedro. Arte Rupestre del Alto Napo-Valle de Misaguallí- Ecuador. Artes Gráficas Señal, Quito, p. 174.

Desde la época de los cazadores-recolectores del período paleoindio (11 000 a.C.), el hombre utilizó su hábitat como fuente de aprovisionamiento de medios de subsistencia y como soporte de sus prácticas culturales. Estableció en el paisaje puntos de referencia para identificar el nacimiento y ocaso del sol, construyó senderos para acceder a determinados recursos de valor ceremonial, e incluso grabó en la superficie de las rocas aquellos símbolos de sus creencias. Los vestigios del arte antiguo grabados en piedra se conocen con el nombre de petroglifos, y han sido registrados por la arqueología en todo el planeta.

Leer más...